El Mandala marca un espacio sagrado, una zona en la que encontrar. Es de alguna manera, un refugio espiritual y al propio tiempo, un objeto de meditación, representando no sólo una superficie consagrada "defendida" de las fuerzas negativas- sino, además, un cosmograma (proyección geométrica del mundo) que gira idealmente en torno a un punto central.
sábado, 4 de agosto de 2012
Mientras más me concentro en los mandalas más puedo reconocer la sustancia de la que esta hecho el universo.*
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